I. El titubeante comienzo.Durante muchos años, México fue prolífico semillero de talentosos autores, compositores e intérpretes en el extenso campo de la música popular. Las compañías discográficas llegaron del extranjero para hacer dinero grabando los variados sonidos del país, ricos en matices y bella sonoridad. Antes de 1910 ya habían incursionado en México las empresas
Edison, Columbia y Victor Talking Machine Company, plasmando en cilindros y discos planos, algunos documentos sonoros hoy considerados de gran valor histórico. Luego estalló la Revolución Mexicana y esas empresas extranjeras prefirieron poner pies en polvorosa antes que ver perjudicados sus intereses comerciales. En la década de 1920, ya más tranquilas las aguas, regresaron algunas de ellas para continuar engrosando sus abultadas carteras. En pocos años las disqueras transnacionales instaladas en México, ganaron terreno en el mercado de la música grabada, gracias a su poderosa infraestructura y capital, que les permitió contratar a los mejores artistas de la época. Durante la etapa dorada de la radio y el cine en México, surgió la marca
Musart, creada en 1948. Eduardo C. Baptista fue uno de los fundadores, quien tiempo atrás había formado la legendaria Compañía Mexicana de Discos. Sus comienzos fueron titubeantes, ya que los artistas de renombre en México estaban acaparados por marcas de prestigio como la
RCA Victor, Peerless y Columbia.
A pesar de tan colosal competencia, la compañía
Musart paulatinamente fue adquiriendo fiel clientela y buena reputación gracias a la calidad de sus productos, a la pericia de sus directores artísticos y al catálogo de artistas que paulatinamente fueron reclutando. Eduardo Baptista acostumbraba deambular por los pasillos de las radioemisoras más importantes de la Ciudad de México, con el propósito de encontrar a cantantes que no tuvieran contratos firmados con otras compañías disqueras, para añadirlos al elenco artístico de la
Musart, Fue así como en 1952 se encontró en uno de los pasillos de la XEW con
Tony Aguilar, quien luego de que expiró la vigencia de su contrato con la marca Yberia, en 1953 fue contratado por
Musart. Aplicando ese método de reclutamiento, la empresa ya antes había logrado contratar a artistas como
el Dueto de Roberto y Amparo, Los Maloras, Los Centauros, Dueto Aguila Y Sol, Los Dos Braveros, Graciela Y Marcela, Dueto Ray y Lupita, Alfredo Pineda, Los Madrugadores, Los Gavilanes de Licho Jiménez, Los Guamuchileños de Culiacán, Los Braceros, Las Valentinas, Dueto México, Las Campesinas, Ramón y María Estela, Chema Y Juana, Hortensia Saldaña, Los Sembradores del Naranjo, María Alma, Dueto Bajío, Hermanas Zaizar (no confundir con los Hermanos Zaizar)
, Conjunto Mérida, Salvador López "El Oso", Viruta y Chamula. Todos ellos dentro del elenco inicial de artistas de
Musart . El género musical al que se enfocó principalmente la empresa en aquél entonces fue el de la canción ranchera. .Los músicos que acompañaban a estos artistas en las grabaciones para
Musart eran el
Mariachi Perla de Occidente de Marcelino Ortega, el Mariachi Marmolejo, el Mariachi México de Pepe Villa, Mariachi Santana, Mariachi de Juanacatlán, Mariachi de Gilberto Parra, Mariachi Zapopan. Algunos artistas ya famosos que en los años 50s también desfilaron ocasionalmente por los estudios de grabación de
Musart fueron
Luis Aguilar, Luis Pérez Meza, Dueto Azteca y Dueto Caleta, Durante esa primera etapa la disquera producía discos de pasta shellac en formato de 78 revoluciones por minuto y tamaño de 10 pulgadas. La etiqueta central de los discos solía ser de un distintivo color morado con un semicirculo exterior y letras en color plata. El símbolo de la empresa desde sus comienzo fue un trébol de cuatro hojas como se observa en la siguiente imagen.
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Etiqueta central de un disco de pasta shellac a 78 rpm, publicado por el sello Musart a finales de los años 40s del siglo XX. |
En su primera época, la empresa también grabó a danzoneras como la de
Arturo Núñez, Consejo Valiente Roberts "Acerina", Ramón Márquez y Alejandro Cardona. Además, la joven compañía logró un convenio con la empresa extranjera Seeco para distribuir en México algunas grabaciones de la
Sonora Matanceray de otros intérpretes de música tropical. Más tarde, al elenco pionero de la
Musart se incorporó la
Marimba Chiapas, Trío Los Caminantes, Trío Monte Alban, Carlos Campos y su orquesta, Eulalio González "Piporro", Olga Guillot, Gloria Lasso, Alfonso Ortíz Tirado, Fred McDonald (pseudónimo de Fernando Z. Maldonado), Raul Díaz "El Mago", Rosa De Castilla, Dora María y Rosita Quintana. La razón social de la
Musart en sus comienzos era Pan Americana de Discos, S.A., y su domicilio estaba en la calle de Tacuba en la Ciudad de México. A mediados de los años 50s la etiqueta central de los discos de pasta shellac producidos por Musart, tuvo ligeros cambios. El borde semicircular fue eliminado, mientras que el distintivo fondo en color morado con letras de color plateado permaneció inamovible. El trébol de cuatro hojas también continuó fijo en la parte superior del diseño.
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Etiqueta central de un disco de pasta shellac de 78 r.p.m. de la marca Musart, publicado en los años 50s del siglo XX |
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Sobre de papel elaborado por la marca Musart en los años 50s del siglo XX. para sus discos de pasta shellac de 78 rpm. Obsérvese que en el sobre está impreso el dibujo de una palmera en lugar del típico trébol de custro hojas. |
II. La consolidación en los años 50.
En los años 50s del siglo XX, la empresa cambió de nombre y se hizo llamar
Musart, que proviene de unir las palabras "música" y "arte". También cambiaron de domicilio, ubicando sus oficinas en la avenida Cuitlahuac número 2327, Azcapotzalco, Ciudad de México. Poco después comenzaron a sacar al mercado discos elepé de 10 pulgadas, generalmente con 4 canciones por lado. Este formato fue conocido en algunos países como LP de 4 por 4 (elepé 4X4). Las portadas de estos discos de larga duración generalmente tenían portadas con ilustraciones atractivas, por lo que actualmente son apreciadas por algunos coleccionistas debido a la alta calidad de la manufactura.
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Portada de un disco LP de 4 por 4, publicado por la marca Musart a mediados de los años 50s del siglo XX. |
A finales de los años 50s del siglo XX, siguiendo la tendencia del mercado, la empresa
Musart comenzó a publicar discos LP de 12 pulgadas a 33 revoluciones por minuto, así como discos sencillos de 7 pulgadas a 45 revoluciones por minuto. La consolidación de la empresa ocurrió lentamente, conforme sus elenco musical fue obteniendo éxitos de ventas.. La efervescencia de los tríos románticos fue aprovechada por la compañía al contratar en 1956 a
Los Tres Caballeros, integrados por
Chamín Correa, Leonel Gálvez y Roberto Cantoral, quienes obtuvieron un éxito colosal grabando los boleros
El reloj y
La barca, melodías que aun perduran en el recuerdo de muchos mexicanos. Dos años más tarde, en 1958,
Eulalio González "Piporro", sorprendió a todos con su divertida canción norteña
"El taconazo", que a la par de su exitosa carrera cinematográfica lo colocaron como uno de los artistas consentidos del público.
Antonio Aguilar por su lado se adjudicó un éxito radiofónico tras otro, con canciones rancheras como
Ay! Chabela, El Adolordo, Cuatro Copas, El Gavilán Colorado, etcétera. En 1958 el extraordinario músico y cantante
Antonio Maciel logró altas ventas con un disco elepé llamado
Sones Mexicanos (Musart D 276), acompañado por el
Trío Aguilillas y el Mariachi México de Pepe Villa. Los arreglos musicales del álbum estuvieron a cargo de
Rafael Carrión. La influencia musical del disco alcanzó a cruzar la frontera norte, pues en los Estados Unidos fue distribuido por el sello Capitol. Años más tarde, un grupo de científicos encabezados por Carl Sagan, eligió un tema del álbum,
El Cascabel, para que formara parte de un disco de oro que fue enviado al espacio exterior, a través de las naves Voyager I y II, en forma de mensaje cultural del planeta Tierra hacia los seres que lleguen a encontrarlo en el espacio exterior. Durante los años 50s y hasta principios de los años 60s, la etiqueta central de los discos LP de la marca
Musart continuaban siendo de color morado con letras plateadas. Escucha Radio Quelite, la voz musical de México.
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Etiqueta central de un disco LP de la marca Musart a comienzos de los años 60s |
Para promocionar a su elenco artístico, el sello
Musart patrocinaba programas de radio y de televisión, en donde eran presentadas las novedades discográficas de la compañía disquera de Azcapotzalco. También solían fabricar algunos discos exclusivamente para promoción, cuya producción era limitada. Dichos LPs y discos sencillos promocionales eran obsequiados en programas de radio y televisión, así como en eventos en vivo en donde se presentaban los artistas exclusivos de la marca
Musart. La etiqueta central de los discos LP de promoción a finales de los años 50s e inicios de los 60s era de color blanco, con letras impresas en color negro.
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Etiqueta central de un disco LP promocional de la marca Musart a comienzos de los años 50s |
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Disco sencillo promocional a 45 rpm, publicado por la marca Musart a comienzo de los años 60s del siglo XX |
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III. El apogeo en los alocados 60s.
El auge de la compañía tuvo lugar sin duda en la década de los años 60s, con la consagración definitiva de Antonio Aguilar y Eulalio González "Piporro", y la contratación de artistas como el Trío Los Delfines, Lucha Villa, Flor Silvestre, Mike Laure, Los Aragón. Juan Torres, Carmela Y Rafael, Trío Los Santos y varios más. Muy importante también fue el impulso y la promoción que la empresa disquera dio a baladistas como Angélica María, Manolo Muñoz y Alberto Vázquez, entre otros. En el mundo del incipiente rock nacional, la disquera firmó por muy breve tiempo al grupo Los Sonámbulos y a Los Gibson Boys. Antes de que finalizara la década, Musart también grabó a Los Chijuas que se anotaron éxitos como "Changing the colors of life" y "I love you". En la música instrumental, la empresa se adjudicó un gran acierto al contratar en 1966 al organista Juan Torres, quien se convirtió en un gran vendedor de discos a tal grado que llegó a ser apodado "Mister disco", pues los elepés que grababa era un éxito seguro de ventas. Cada vez que era producido un álbum del artista de León, Guanajuato, las prensas de discos trabajaban hasta tres turnos para satisfacer la demanda del público. La misma situación ocurría con Carlos Campos, quien no por nada era apodado "El Campéon", logrando que cada disco que grababa se agotara con inusual rapidez. A pesar de la arremetida del rock anglosajón, México siguió produciendo sonidos y música impregnada con inconfundible sabor mexicano. Una evidencia de lo anterior puede ser encontrada en la fiebre de las rondallas y estudiantinas que se desató en el país a mediados de los años 60s. La marca Musart estuvo a la cabeza del movimiento produciendo discos de la Estudiantina de Guanajuato, La Estudiantina Universitaria Potosina, La Estudiantina de Querétaro, La Rondalla del Mayab, entre otras. Ya para entonces la compañía había estrenado nuevo logotipo y realizó cambios en la etiqueta central o "galleta" de sus discos elepé, de tal manera que a mediados de los años 60s, ésta consistía de un fondo negro rodeada por un hermoso anillo multicolor o arcoiris. Quizá esta etiqueta es una de las más elegantes y recordadas por los consumidores mexicanos de aquella época.
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Etiqueta central de un disco LP de la marca Musart a mediados de los años 60s del siglo XX. |
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Etiqueta central de un disco sencillo de 45 r.p.m. publicado por la marca Musart durante los años 60s. |
Hacia 1964, el diseño en la etiqueta central de los discos de promoción tuvo cambios: Las nuevas etiquetas en los LPs promocionales tenían color beige de fondo, con el clásico aro multicolor en el borde exterior de la etiqueta y el logotipo del sello disquero a media altura, del lado izquierdo en fondo blanco.
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Etiqueta central de un disco LP promocional dela marca Musart, publicado en los años 60s del siglo XX.
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Etiqueta central de un disco sencillo promocional, de 45 r.p.m. publicado por el sello Musart en los años 60s del siglo XX. |
En aquellos años, la fiestas navideñas todavía eran celebradas de manera especial, y la sociedad mexicana aun conservaba y fomentaba valores positivos que ayudaban a fortalecer el núcleo familiar. En los barrios y en la vecindades de las grandes ciudades, las personas todavía se organizaban para realizar posadas y cantar villancicos a la vieja usanza. Prácticamente cada compañía discográfica lanzó discos de navidad, logrando que algunos de ellos permanecieran en el gusto popular por largo tiempo. La empresa
Musart no se quedó atrás, incorporando a su catálogo algunos álbumes de villancicos que durante años gozaron de la preferencia del consumidor. Entre ellos destacan los álbumes grabados por el
Coro de Misioneros del Espíritu Santo,
Los Niños Cantores de Morelia y
La Estudiantina de la Universidad Autónoma de Querétaro.
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Disco LP de la Estudiantina de la Universidad de Querétaro que contiene villancicos navideños, publicado por la marca Musart en 1966. |
Los directores artísticos y arreglistas desempeñaron un papel importante en la grabación de los discos Musart y contribuyeron con su capacidad y desempeñó al éxito comercial de la empresa: Desafortunadamente en las portadas y fundas de los discos sus nombres fueron omitidos, pero hoy sabemos que algunos de ellos eran
Guillermo Acosta quien en los años 50s produjo discos de
Antonio Aguilar, Eulalio González "Piporro", Trío Los Santos, Los Tres Caballeros y varios más. Acosta también tuvo la idea de grabar a
Carmela Y Rafael con acompañamiento de rondalla, aunque la producción de los discos corrió a cargo de
Gustavo A Santiago; éste a su vez también produjo a artistas como
Lucha Villa, Cornelio Reyna, Los Chinacos de Toño Medina, Isabel Soto La Marina, Lupe Mejía "La Yaqui", entre otros. Radio Quelite transmite música popular y tradicional mexicana. Los discos de
Juan Torres con mariachi también fueron producido por
Gustavo A. Santiago. Por su parte,
Salomón Jiménez se encargó de la dirección musical y arreglos para artistas de corte tropical como
Carlos Campos, Mike Laure, Chelo, asi como
Beto Díaz, la Orquesta de la Provincia, y varios más. Otros directores artísticos destacados de la
Musart fueron
Jorge Ortega en el terreno de las baladas,
Nacho Rosales en discos de corte romántico,
Benjamín Sánchez Mota en el fértil campo de la música norteña,
Mario Tovar, etcétera.
En la primera mitad de los años 60s el sello
Musart logró firmar algunos contratos con compañías extranjeras que le permitieron distribuir en México los fonogramas de bandas extranjeras como
The Ventures y
The Beatles. De hecho, la marca
Musart fue la primera casa discográfica que en México puso a la venta discos elepé del cuarteto de Liverpool, publicados con sonido monaural. Los discos que
Musart lanzó en México con canciones de
Los Beatles contienen portadas diferentes a las que fueron lanzadas en otros países, por lo que con el paso de los años se convirtieron en productos buscados con delirante obsesión por los coleccionistas y melómanos empedernidos de todo el mundo. Sin embargo, el sueño terminó pronto ya que a finales de 1964, la marca Capitol que antes había rechazado distribuir música de Los Beatles, cambió de opinión, despertó de su letargo y tomó el control de las grabaciones del grupo inglés tanto en México como en Estados Unidos. Sin inmutarse,
Musart siguió adelante y en 1969 logró firmar contrato con Fantasy Records para distribuir en México los discos elepé de
Creedence Clearwater Revival, grupo de rock que aún en nuestros días goza de gran popularidad en el país. En 1968, la marca
Musart también estuvo entre las primeras en México en poner a la venta fonogramas con sonido estereofónico, adelantándose a otras marcas como Orfeón, que ya grababa desde 1958 en máquinas de varios tracks, pero sus productos finales eran monofónicos. Orfeón no se decidió a lanzar discos con sonido estéreo sino hasta 1968.
Musart también logró distribuir por un tiempo los discos de otras bandas anglosajonas como Canned Heat, que en Estados Unidos eran grabados por la marca Liberty.
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Discos LP de Los Beatles, distribuídos en México por la marca Musart en 1964. |
En 1969, la empresa
Musart también creó los subsellos
Trebol y Oasis que se encargaron de distribuir las grabaciones de artistas menos conocidos, y también de reeditar algunos álbumes que para la empresa habían sido grandes éxitos de venta en el pasado. La etiqueta central de los discos LP del subsello
Trebol, tenían fondo en color negro, con dibujos de tréboles de colores en el extremo izquierdo, el logotipo del subsello en color blanco y los títulos de las canciones también de color blanco. Este subsello logró permanecer vigente varios años, prácticamente hasta mediados de los años 90s
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Etiqueta central de un disco LP del subsello Trebol, publicado por la empresa Musart en 1978. |
El subsello
Oasis tuvo una vida breve y efímera. La etiqueta central de los discos publicados bajo este subsello eran muy sencillos y sobrios, con un color gris claro como fondo y letras de color negro.
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Etiqueta central de un disco LP del subsello Oasis, publicado por la empresa Musart en 1969. |
Para las grabaciones de música norteña la marca
Musart solía usar una etiqueta central cuyo fondo era de color amarillo, con el dibujo de un árbol de nopales en color negro y colocado a la izquierda. En cuanto a los discos sencillos de 7 pulgadas, la etiqueta tenía fondo blanco, con letras impresas en negro y el típico árbol de nopal también en color negro.
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Etiqueta central de un disco LP de música norteña, publicado por la marca Musart en 1972. |
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Etiqueta central de un disco sencillo de música norteña a 45 rpm, publicado por la marca Musart en 1970. |
En 1968,
Musart empezó a producir cartuchos de 8 y 4 tracks, para satisfacer la demanda de quienes deseaban escuchar música en los auto-estéreos. De este modo, la empresa se adelantó a competidores como la
RCA Victor y
Discos CBS (antes Columbia), compañías que iniciaron la producción masiva de cartuchos estéreo a partir de 1972. Este formato tuvo una vida relativamente breve y antes de que finalizaran los años 70s, fue desplazado por las cintas de cassette que eran más pequeñas, económicas y más fáciles de transportar.
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Anuncio publicitario del año 1968, que anuncia cartuchos estéreo de 8 tracks de la marca Musart |
Durante los revolucionarios 60s, la compañía estableció sus oficinas en la Avenida Cuitláhuac número 2327, delegación Azcapotzcalco (hoy alcaldía Azcapotzalco), en la Ciudad de México. Además de todos los géneros musicales ya mencionados, la empresa también incluyó en su catálogo una nutrida dotación de discos de música clásica. Algunos álbumes memorables de la
Musart en este rubro son los que grabó la
Orquesta Sinfónica Nacional dirigida por Luis Herrera de la Fuente, interpretando obras de
Silvestre Revueltas, Pablo Moncayo, Carlos Chávez, Manuel M. Ponce, etcétera. Otro álbum memorable fue V
alses Mexicanos de 1900 (MCD-3001), con grabaciones de
Miguel García Mora al piano. Destaca también el elepé de música clásica
Pequeñas Obras Maestras Vol. 1 (MCD-3009), con temas interpretados al piano por
Gerd Kaemper, el cual permaneció largo tiempo en catálogo. La empresa también distribuyó elepés con obras de
Mozart, Vivaldi, Bach, Liszt, Schubert, Hendel, Beethoven, Chaikovsky, Schumman, Chopin y varios más.
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Portada del disco elepé de la Musart (número de catálogo MCD-3007) que contiene la pieza Sones de Mariachi, interpretada por la Orquesta Sinfónica dirigida por Luis Herrera de la Fuente. Álbum indispensable en la fonoteca de los coleccionistas de música clásica, el cual fue reeditado incluso en disco compacto.. |
Otro formato que resultó muy lucrativo para las empresas discográficas fue el del álbum triple, que consistía en 3 discos elepé que recopilaban los éxitos del momento o las canciones más éxitosas de algún artísta o género musical especifico. En ocasiones, eran ofrecidos al consumidor como álbumes de tres discos al precio de sólo dos La marca
Musart tuvo en su catálogo varios de éstos álbumes triples, siendo los más vendidos aquellos con canciones de
Antonio Aguilar, Flor Silvestre, Eulalio González "Piporro", Mike Laure, Carlos Campos, Juan Torres, entre otros.
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Álbum triple publicado por el sello Musart con canciones interpretadas por Gloria Lasso, |
IV. La próspera torre Musart y los sórdidos 70.
Musart se convirtió con todas estas actividades en una empresa próspera y de prestigio, de tal forma que en 1970, inauguró un edificio de oficinas en donde estableció su centro de operaciones. Dicha construcción fue conocida como
"La torre Musart", símbolo del éxito comercial de la empresa. Además, la compañía estrenó logotipo y cambió la etiqueta central de sus discos, esta vez con un diseño que también resultó elegante y de buen gusto. El fondo era de color negro, el nuevo logotipo de la marca estaba a media altura en el extremo izquierdo, proyectando un abanico de colores a la derecha. La etiqueta central de los discos
Musart de los años 70s permaneció estable, sin mayores cambios hasta 1993, fecha en que la empresa dejó de fábrica discos LP.
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Etiqueta central de un disco LP de la marca Musart a comienzos de los años 70s del siglo XX. |
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Etiqueta central de un disco sencillo a 45 rpm de la marca Musart, publicado originalmente en los años 60s, pero reeditado en los años 80s. |
En 1971, Guillermo Acosta Segura, quien durante largo tiempo había sido pieza clave y director artístico de la Musart, abandonó el barco para fundar su propia marca a la que llamó Discos GAS. Sobre la marcha, Acosta de alguna manera se las arregló para lograr que varios artistas que estaban en Musart, se cambiaran de bando. De esta manera, Eulalio González "Piporro", Manolo Muñoz, Alberto Vázquez, Gloria Lasso, Roberto Sasian, La Sonora Veracruz de Pepe Vallejo, Carmela y Rafael entre otros, terminaron engrosando las filas de discos GAS, aunque sólo para darse cuenta que sus mejores días como artistas vendedores de discos, habían quedado atrás. En el extremo opuesto, hubo artistas como Antonio Aguilar que mostraron una lealtad admirable, permaneciendo más de 50 años en la marca Musart. Escucha música ranchera mexicana en Radio Quelite.
A pesar del duro golpe que resultó la desbandada parcial, el éxito de la compañía
Musart continúo durante los años 70s con la contratación de artistas como
Cornelio Reyna, Joan Sebastian. Mercedes Castro, Juan Valentín y varios más. En 1979, con motivo de la visita del Papa Juan Pablo II a México,
el Colegio México (integrado solo por niños) y el
Instituto Miguel Angel (conformado exclusivamente por niñas), unieron fuerzas y grabaron para la marca
Musart algunas canciones dedicadas al distinguido pontífice. La canción
"Amigo", que antes había sido éxito de
Roberto Carlos, fue la melodía que obtuvo un éxito radiofónico a nivel nacional, resultando un gran acierto de ventas para el sello
Musart.
También en la década de los 70s el formato de cassette empezó a ganar enorme popularidad por lo que
Musart empezó a producir dicho formato con tal éxito que no interrumpió su producción sino hasta bien entrado el siglo XXI.
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La cinta magnética de cassette resultó uno de los formatos favoritos del público consumidor mexicano debido a su bajo costo en comparación con el disco LPy su cómoda portabilidad. |
V. Del high energy al tropi-rollo en los prometedores 80.
Si bien en los años 60s, la Musart promovió con intensidad los ritmos extranjeros como el rock, distribuyendo álbumes de Beatles, Ventures y Creedence, en los 80s se anotó otro gran triunfo al compilar y publicar la serie anual llamada "Hits Collection", que consistía en una breve antología de las 10 canciones anglosajonas más populares del año. Aunque el trabajo recopilatorio al principio estaba orientado a la música pop, entre los años de 1984 a 1987 la antología se inclinó por el estilo del High Energy, que cobró gran fuerza entre la juventud mexicana de aquél entonces. Musart adquirió los derechos de distribución de discos de varios artistas que grababan música High Energy, por ejemplo Sylvester, Lime, The Tapps, The Flirst, Divine, Trans-X y varios más. Más tarde, la discográfica también lanzó al mercado discos del popular sonido Polymarchs. Otro éxito de ventas ocurrió en 1982, cuando la empresa Musart lanzó el disco con las canciones del popular festival de televisión "Juguemos a cantar", con algunas piezas producidas por Gustavo A. Santiago, Jorge Neri, Sergio Andrade, entre otros productores. Por tradición, Musart fue impulsor incansable de la música afrocaribeña, grabando durante los alocados 60s a agrupaciones como Los Yorsy's, La Sonora Veracruz, Los Joao y Los Aragón, La discográfica dio continuidad a esa labor en 1988, lanzando al mercado el disco LP llamado "El tropi-rollo", que se convirtió en un álbum indispensable durante las fiestas y reventones de los irreverentes años 80s. El tropi-rollo consistía en un largo popurrí de éxitos de la música tropical que abarcaba prácticamente las dos caras del disco elepé, interpretado por un grupo musical ensamblado con el objetivo especifico de que las melodías sonaran lo más apegado posible a las versiones originales. El tropi-rollo resultó del agrado del público y pronto hubo la necesidad de reunir a un conjunto de músicos para que saliera de gira, interpretando de corrido las canciones del álbum. Quizá el último gran éxito que se anotó la Musart en el ámbito de la música tropical, ya entrada la década del 2000, correspondió a la pieza "El za za za (mesa que más aplauda)", a cargo del grupo Climax, con todo y su histórica mentada de madre a las petulantes águilas del América.
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Funda interior de papel, de un disco LP de la marca Musart publicado en los años 60s. |
Ya para cerrar la decada del 80, uno de los artistas que hicieron sus pininos grabando para la marca Musart fue Pepe Aguilar, quien se empecinaba en grabar sólo rock, pero luego aceptó incursionar en la canción ranchera. Después de varios intentos fallidos, Pepe Aguilar se consolidó en 1998 con un bolero ranchero llamado "Por mujeres como tú". Otro cantante contratado por Musart ya entrada la década de los 90s y que merece mención aparte, por la influencia que ejerció en el estilo de cantar la música grupera, fue sin duda Chalino Sánchez. Aunque en sus inicios los puristas repudiaron el timbre aguardientoso de aquella peculiar voz, los críticos ni en su peor pesadilla imaginaron que el estilo de Chalino para abordar el corrido, el narcocorrido y la canción ranchera, terminaría imponiéndose en el gusto popular, dejando una profunda huella en varias generaciones de cantantes posteriores, los cuales, en mayor o menor medida han tratado de imitar el inconfundible estilo del malogrado cantautor, Rosalino fue reclutado por la Musart en 1992, obteniendo éxito con las canciones Las nieves de enero y Alma enamorada. Sin embargo, no hubo tiempo para más, pues unos meses después, el artista oriundo de Culiacán, murió salvajemente asesinado. Algunos de los discos que Chalino había grabado para disqueras inependientes, fueron comprados por la Musart, empresa que los reedito luego de la muerte del cantautor. Escucha corridos, rancheras, boleros, chilenas, danzones, sones abajeños y más en Radio Quelite.
La década del 70 fue complicada para México en el aspecto económico y por supuesto para las empresas discográficas establecidas en el país. El deterioro de la economía se vio reflejado casi de inmediato en los productos finales que eran ofrecidos al consumidor. Los discos elepé empezaron a ser fabricados cada vez con menor grosor, usando como pretexto una mayor flexibilidad que supuestamente permitía mayor resistencia y menor riesgo de resquebrajarse. Las fundas de cartón que contenían a los discos elepé fueron hechas cada vez de menor tamaño, más delgadas y frágiles. El proceso de impresión usado en las imágenes de portadas y contraportadas, fue cada vez de menor calidad, deteriorándose con más rapidez. En los años 80s ya había quedado muy lejos la época en que la portada del disco era una foto artística de buen gusto y bien lograda, que en sí misma era una pequeña obra de arte, digna de colección. Tal vez sólo los discos de High Energy de Musart, cuyas portadas a veces eran creadas por Jaime Ruelas, valían la pena en comparación con las portadas de otros elepés de música popular. No obstante, los precios de los discos siguieron incrementándose cada vez más, alcanzando valores inauditos, como consecuencia de la constante inflación propiciada por la torpeza e ineptitud de quienes administraba las finanzas y la economía del país. En 1987 por un disco nuevo el consumidor debía pagar alrededor de 7500 pesos mexicanos. Para 1991 el precio promedio de venta para el consumidor había alcanzado los 16500 pesos, pero la calidad del producto seguía disminuyendo, perjudicando claramente los intereses de consumidor final.
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VI. La debacle en los insípidos años 90.
El declive de
Musart a partir de los años 90s bien puede ser atribuido a que los condiciones del mercado empezaron a cambiar con rapidez, siendo la piratería uno de los enemigos letales, propiciado por el auge del disco compacto, formato irónicamente promovido por la industria discográfica como sustituto del disco elepé. La piratería se convirtió en el monstruo de las siete cabezas, al cual se sumó posteriormente la rápida propagación de la música sin intermediarios usando como herramienta el internet.. A la inminente caída también contribuyó la falta de promoción de la
Musart en plataformas digitales, mostrando su incapacidad para adaptarse a nuevos modelos de negocio en un entorno dinámico, donde el internet y las redes sociales se habían convertido en amos y señores. A todo ello se sumó la deficiente preparación y profesionalismo de los nuevos productores y arreglistas que empezaron a formar parte de la empresa, y a los ejecutivos que por desconocimiento, arrogancia o ineptitud, no supieron sacar provecho del talento artístico nacional, tomando decisiones erráticas que llevaron a la empresa a perder niveles de ventas.
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Portada de un disco compacto publicado en los años 90s por el sello Musart. |
VII. Caída de la torre Musart y el final de una era.
Aunque en la década del 2000 aun tenían firmados a artistas populares como
Banda Cuisillos y Pancho Barraza, y la empresa sobrevivía reeditando en CD las grabaciones de épocas ya lejanas, para todos fue obvio que
Musart no las tenían todas consigo cuando uno de sus más grandes vendedores,
Pepe Aguilar, los demandó en el año 2002 por incumplimiento en pago de regalías. Poco después, el hijo de
Antonio Aguilar volvió a arremeter contra la empresa de la Avenida Cuitláhuac, entablando otro litigio, esta vez reclamando el derecho de explotación comercial de los 11 discos de larga duración que grabó para
Musart. En el año 2011 la empresa sufrió un descalabró adicional, cuando
Joan Sebastian decidió salir de la empresa, la cual más tarde arremetió contra el "poeta del pueblo", alegando que éste se había quedado con un anticipo por concepto de un disco, el cual supuestamente nunca fue grabado. Por si fuera poco y al grito de ¡Te la voy a recordar!,
Paquita La del Barrio declaró a distintos medios de comunicación que tiene problemas con el decadente sello
Musart, ya que no le han extendido su carta de retiro, y por ahora está impedida no sólo para grabar discos en otra compañía disquera, sino también para interpretar en vivo algunas de sus canciones emblemáticas. Con cada litigio, con cada demanda, los cimientos de la compañía
Musart lentamente se desmoronaban, dejando en claro que su época de gloria y esplendor había quedado sepultada en el amargo olvido.
En junio del 2014, como preámbulo al inminente final, la legendaria
Torre Musart fue demolida, quedando reducida a polvo y fierros retorcidos. En el año 2016 el invaluable catálogo de grabaciones de la empresa fue vendido al consorcio extranjero Concorde Music, que poco ha sabido valorar el acervo fonográfico de música popular mexicana que tiene en su poder. La gran tragedia de la música popular mexicana consiste en que las páginas más sublimes de la historia musical del país, grabada a lo largo de muchos años, hoy en día está en manos de empresas extranjeras, las cuales poseen los derechos de explotación comercial por un lapso de tiempo indefinido, ya que lo pueden extender a su antojo y capricho. ¿La música popular mexicana realmente sigue perteneciendo a los mexicanos? La respuesta parece ser un rotundo No.
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